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Que no te agarren de botana

Rollos

En algunas ocasiones queremos organizar alguna reunión con amigos o familiares pero no queremos una comida o cena formal, se nos antoja más bien “botanear” con un buen vino, un vermut o una cerveza bien fría, de una manera más informal pero sin perder el toque gourmet. Para esto nada más apetitoso que una serie de pequeños tentempiés. Cada país tiene sus tradiciones para este tipo de bocadillos.

 

El antipasto, un clásico entrante italiano: su nombre proviene de un “antes de la  pasta” y es una serie de platos fríos, donde predominan las verduras para abrir el apetito antes del platillo principal. Las opciones son numerosas. La “bruschetta” cuyo nombre deriva del término italiano “bruscare” que significa “asar o tostar sobre carbón  formaba parte del almuerzo de los campesinos mientras laboraban en el campo. Les frotaban ajo y los rociaban con aceite de oliva y sal. Sin embargo, existen múltiples variaciones que agregan sabor y colorido encima de este pan tostado, tales como tomates, pimientos, prosciutto, salami y quesos. Los “costrinis” son muy parecidos, pero no necesariamente se tuestan antes.  También se pueden servir platones con verduras previamente asadas y marinadas, carnes frías, quesos etc… La polenta frita o asada y cortada como canapé con champiñones, pimientos y queso provolone o parmesano es otra buena alternativa.

Ahora nos vamos a la península ibérica con las famosas tapas acompañadas de un buen vermut. Para un buen tapeo, les sugiero embutidos, calamares, gambas. La clásica tortilla a la española siempre será bienvenida, y si quieres variarle  un poco, puedes hacerla con chorizo y cebolla caramelizada. Unos camarones envueltos con jamón serrano en salsa de Jerez son una combinación interesante de sabores y las clásicas croquetas de jamón  no pueden faltar. Y para el postre, que mejor que rebanadas de queso con membrillo.

En cuanto a las botanas francesas o “amuse-gueule” o “amuse-bouche” son generalmente servidos fríos o calientes y son de tamaño bocado y pueden ser tan elegantes como quieras. Puedes ofrecer crepas con el relleno que gustes, pequeños cuernos rellenos de jamón y queso, canapés,  pequeños quiches de salmón ahumado, un queso camembert o brie envuelto en pasta de hojaldre horneado y servido con jalea de moras (o salsa de tamarindo o de chipotle para un toque franco-mexicano). Los “choux” rellenos de queso crema y roquefort son deliciosos.

Mezze en Grecia y en Turquía; estos platillos se sirven como aperitivos y la lista es larga: puré de garbanzo (que nos recuerda el hummus libanés), las pequeñas albóndigas perfumadas con menta fresca, las hojas de parra rellenas, el tzatziqui, salsa elaborada a base de  pepino, yogurt griego y menta, los böreks, pequeñas empanadas rellenas de queso o carne. En Grecia estas delicias se acompañan con el famoso licor de anís: el Ouzo y en Turquía es el Raki.

 

En los países del Maghreb (norte de Africa) el Kémia es el ritual del aperitivo. Por lo general  se ofrecen aceitunas picantes, mejillones en escabeche, papitas con harissa (una pasta de chile) habas con comino, garbanzos con especias.

En América Latina, tenemos las famosas empanadas argentinas, en Brasil se acompañan los buñuelos de bacalao con la famosa caïpirinha, el coctel nacional preparado a base de cachaca (una variante del ron). En cuanto a Chile y Perú comparten la misma afición por el pisco que se degusta con un buen ceviche.

Sea cual sea tu elección, será todo un éxito.